Lo Mejor De La Iglesia

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (12, 38-44)


En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:

«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones.

Esos recibirán una condenación más rigurosa».

Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.

Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie.

Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor


COMENTARIO AL EVANGELIO

«Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

«Somos una gran familia contigo»

Este es el lema de la Jornada De la Iglesia Diocesana que celebramos este domingo. El objetivo es tomar conciencia de nuestro lugar dentro del conjunto de la Iglesia, del lugar de cada uno como bautizado.

Este no es secundario, primario o definido por grandezas humanas o logros y capacidades. Nuestro lugar dentro de esta gran familia viene dado por el Amor de nuestro Padre, por Jesucristo.

Así, lo que no cuenta ante el mundo, es grande a sus ojos, y lo vil y menospreciado del mundo, lo toma como sujeto de su amor (1Co 1:27-31).

Si a los pobres se les despoja de este amor, ¿qué les queda?

¡Serían realmente pobres!

De ahí la importancia de esta jornada: si excluir y relegar a puestos diversos es una injusticia ante el amor de Dios que no hace acepción de personas (Rm 2:11), ¡cuánto más lo será relegarse a sí mismo, sentirse como un cristiano de segunda!

La invitación es clara: comprométete con tu parroquia, no solo económicamente, sino también como miembro activo.

No hay nada mejor que sentirse parte de una gran familia, dando de lo poco o mucho que se tiene, pero, como la viuda del evangelio, hacerlo con un gran corazón, con generosidad, sabiendo que Dios ama al que así lo hace. (2Cor 9:7)

Que paséis una bella semana en el calor de vuestra familia.

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