No es un curso más que se añade a la catequesis, sino un comienzo mejor, un buen comienzo.
Desde que se puso en marcha el curso del Despertar religioso (2005/2006), con la implicación de los padres en la catequesis, hemos querido impregnar toda la catequesis del “espíritu” de la iniciación cristiana, es decir, dirigida a “hacer cristianos” y no tanto a preparar la fiesta del sacramento.
Se trata de iniciar a vuestr@s hij@s y ayudarles a que se incorporen a una comunidad cristiana (la parroquia) que vive conforme a un estilo concreto del Evangelio, y que celebra la Eucaristía como elemento esencial de la vida cristiana.
Es la educación en la fe que realiza la familia con el niño desde que se bautiza hasta que acude a la catequesis. Y no es cosa solo de un año, a partir de cuando el cura convoca. El despertar religioso comienza con el propio despertar humano del niño.
La parroquia propone este primer año para asegurar a todos los niños el “despertar a la fe”, por si algunos padres se han “despistado” en la educación religiosa de sus hijos. Por eso son los padres los protagonistas, los catequistas.
Es la oportunidad que se ofrece a los padres para que, junto con los catequistas, enseñen a sus hijos a dar los primeros pasos de la fe.